El aceite de soja se elabora extrayendo aceite de las semillas de soja, normalmente a través de un proceso que implica limpieza, craqueo y luego prensado mecánico o extracción con solventes. La extracción con solventes, comúnmente usando hexano, es el método más común. Luego, el aceite extraído se refina para mejorar su calidad y eliminar impurezas.

El aceite de soja es un aceite comestible con un sabor ligero y limpio, comúnmente utilizado para cocinar. Según el Laboratorio Nacional de Investigación de la Soja, este aceite contiene un 60 % de grasas poliinsaturadas y un 24 % de grasas monoinsaturadas, lo que lo convierte en un aceite cardiosaludable.
El aceite de soja se extrae mediante diversos métodos. Comercialmente, la extracción química con hexano es común; con este método, el rendimiento de aceite suele rondar el 19 % (el aceite residual de la harina representa aproximadamente el 1 %). Otro método es el prensado mecánico; sin embargo, con este método, el rendimiento de aceite siempre ronda el 13 % (el aceite residual de la torta representa aproximadamente el 7 %). El prensado en frío de los granos con una pequeña prensa manual de aceite de semillas es el método más disponible para extraer aceite de soja virgen en casa.
El aceite de soja también se puede extraer con hexano, un disolvente orgánico que se utiliza a menudo para extracciones. Para ello, tras la limpieza, las semillas se introducen en un extractor donde se mezclan con hexano. El aceite se disuelve en el hexano. La mezcla se calienta para evaporar el hexano y retener únicamente el aceite de soja. Este paso se lleva a cabo en un evaporador, un equipo donde se controlan la temperatura y la presión para conservar mejor el aceite de soja. A continuación, el aceite se refina para eliminar las impurezas.
La soja es una legumbre originaria de China y se ha cultivado tradicionalmente en Asia durante siglos. Sus semillas se destinan a diversos usos, incluyendo la producción de aceite vegetal. Este aceite, a su vez, se produce para diversas aplicaciones en los ámbitos culinario, terapéutico y cosmético. Existen varios métodos para extraer aceite de soja de las semillas, siendo el primero el prensado en frío.
Aproximadamente 3 meses después de la siembra, cuando han alcanzado la madurez, las semillas de soja se cosechan y se limpian para eliminar cualquier impureza que pueda estar adherida a su superficie. Posteriormente, se secan en un secadero, siguiendo el proceso de convección, hasta que su humedad residual alcanza aproximadamente el 10 %. Una vez que las semillas están suficientemente secas, se prensan mecánicamente para extraer el aceite. A continuación, se introducen en una prensa de tornillo, manteniéndolas a una temperatura inferior a 60 °C, de ahí el término “prensado en frío”. Finalmente, el aceite obtenido se decanta, se filtra o se centrifuga para concentrarlo.